martes, 13 de septiembre de 2011
La flecha del tiempo
A lo largo de mi carrera aprendí muchas cosas, pero una de las más emotivas (si se me permite ese adjetivo en este contexto) fue entender un poco de qué se trata eso de la entropía y de cómo influye en la ocurrencia de los hechos. La idea de algo irreversible, que pasa o pasa, y que está íntimamente ligado a lo que conocemos como tiempo no pudo hacer más que maravillarme un rato. Inevitablemente con el pasar de los días esa fascinación desapareció, y seguí caminando sobre un sendero de reacciones irreversibles, sólo que dejé de prestarles atención. Hasta que un día me dijeron algo nuevo, otra de esas frases que hacen que tu cabeza cambie (sí, de manera irreversible) y que logres un entendimiento superior, o al menos creer que lo lograste en ese instante. Justamente de eso se trataba: tantas veces uno se plantea dicotomías pasado/presente/futuro/loquevivimoshoyeslounicoqueimporta... pero el pasado determina lo que ocurre ahora, el ahora lo que pasará, y así sucesivamente. El pasado importa, fue presente, y ese futuro incierto se construye con el ahora. Así que no resulta vano recordar, y mucho menos tener esperanzas.
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